15.10.06

VIVIR PARA CONTARLO

El viento se cuela por las rendijas, lo hace entre las persianas cerradas, arrastrando vasos, papeles y bolsas. También se desliza por las mangas de mi chaqueta, lo hace por debajo del pañuelo que llevo al cuello, lanzándome el pelo a la cara, impidiéndome ver. No me molesta, estoy acostumbrada a él. Ya ni siquiera hago esfuerzos por apartarlo, se que hay cosas contra las que es imposible luchar. Y el viento es una de ellas.

Me gusta que esté conmigo cuando ando por las calles en noches como ésta, sola, sin ninguna compañía más que el entretenimiento de oirlo silbar a mi alrededor, empujándome hacia mi destino o llevándome la contraria. Me encanta escucharlo, del mismo modo que me gusta el sonido de mis pies sobre la acera desierta, uno detrás de otro, golpeando el asfalto rítmicamente, resonando en el silencio de la ciudad dormida.

Escucho otros pasos, muy tenues al principio, pero cada vez más fuertes. Son algo más pesados que los míos, van más despacio, pero pronto nos encontraremos. Cruzo los brazos con más fuerza alrededor de mi pecho, acelero un poco más, dispuesta a alejarme rápidamente de allí, buscando continuar con la soledad que me había llevado hasta ese punto. Sin embargo calculo mal y lo único que consigo es precipitar el momento del encuentro, llegando a la esquina en el mismo momento en que lo hace el desconocido.

Un cruce de miradas, un movimiento leve, lo justo para no chocarnos y seguir adelante. El roce de su chaqueta y la mía, el viento cortándose a nuestro paso.

Unos ojos. Una mirada compartida una milésima de segundo.

Sin detenerme, vuelvo la cabeza, buscando al desconocido antes de que se sumerja en la noche, antes de que el viento vuelva a llevarse el sonido de sus pasos. Le encuentro, y él a mí. Nos miramos casi de reojo, y al enfrentarme a él de nuevo tuerzo la cabeza con rapidez, vergonzosa. Encojo el cuello, me abrazo para no tener frío y acelero un poco más, deseando llegar a casa.

El mundo podría cambiar en cualquier instante.

8 comentarios:

Pluma Roja dijo...

Me has emocionado de principio a fín, aunque he de decir que me esperaba un final más enredado y tétrico, jejeje. Un secuestro o algo así (estaba en tensión), casi que mejor que no, mejor esto ;).

Por cierto...tengo la impresión de que en este tiempo de ausencia has cambiado bastante, ¿como una evolución? (mira que es dificil tener la impresión de algo en este mundo blogueril. Es una sensación no un acierto, ¿eh?:))

Mae dijo...

No puedo echar de menos lo que nunca he tenido... pero cómo no extrañarte por lo que pudo haber sido


A veces aparece la magia, y casi siempre la dejamos ir, guardándonos para nosotros apenas un jirón para componer nuestro sueño

Anónimo dijo...

Se te echaba de menos...

Me alegro de volver a leerte.

Toxcatl dijo...

Que intenso!!
Se te echaba de menos, moza.-

Carlos (Sr. Chow) dijo...

Me has asustado dama Mae, ese desconocido me daba mala espina, ¡aunque por un momento pensé también que caerías hipnotizada a la aventura de la noche!

Un saludo, qué gusto da leer de nuevo esa brillante narrativa, dama Mae...

gaitero en el exilio dijo...

hola es la primera vez que entre en tu blog, y la verdad me ha gustado mucho esta historia, al principio pense q te habria pasado algo malo, pero luego vi que lo malo fue que la mirada solo durase un instante.
a mi una vez me paso algo parecido, pero la mirada de ella era tan profunda e inpenetrable que hizo q me temblasen las piernas...

un saludo y sigue asi me ha gustado mucho tu blog, de hecho creo q te voy a poner en los enlaces de mi blog

www.rincondemario.blogspot.com no es tan bueno como el tuyo pero ahi andamos...
SIGUE ASI ESTA GENIAL

ASKonigsberg dijo...

Hacia tiempo que no me pasaba por aquí, y me sigue gustando lo q escribes.... /por dejar constancia/

un saludo

Isabel dijo...

¿Por qué miedo? Acaso miedo a que el mundo cambie de repente, al descubrimiento repentino de que, súbitamente, nuestra vida puede dar un vuelco.

Y cambio, bueno, digamos que vivo en un cambio constante, pero vuelvo a hablar con las palabras. Con eso me basta.

Besitos a todos y gracias.