Este sábado pasado en la Romareda decidí irme de tour turístico para ver otra perspectiva del fútbol. En cristiano: llovía a cántaros,- mejor dicho, diluviaba - así que tuve que abandonar mi asiento a pie de campo para subirme a otro cubierto, con lo que las vistas eran bastante diferentes... Como en la tele, vamos.
Pero éste no va a ser un post sobre fútbol, sino dedicado a ese personaje entrañable que aparece cuando menos te lo esperas. En el estadio son particularmente frecuentes, pero la verdad es que están en cada esquina para alegrarnos la vida. Sí, me estoy refiriendo al cenizo.
Minuto 45 de la primera parte. Resultado en el marcador, 4-1.
Cenizo: - Yo no se por qué la gente aplaude tanto. Todo el mundo que si "¡Ole y Ole!" Después ya verás ya...
Minuto 10 de la segunda parte. Resultado, 4-2.
Cenizo: - ¡Dios! ¡Ya hemos perdido el balón en el centro del campo! Si es que somos un desastre, este equipo siempre igual, no valemos para nada, la defensa está floja, el centro del campo no existe, los delanteros están dormidos...
Minuto 40 de la segunda parte. Resultado, 4-3.
Cenizo: - Ya verás qué largo se hace este final - en tono risueño.- ¡¡Si es que aquí siempre a sufrir!!
Fin del partido. Resultado final, 4-3.
Cenizo: - ¿Véis cómo íbamos a perder?
Conclusiones: después de disfrutar del sujeto de estudio durante las dos horas de partido,- y que mi hermana casi convulsionase con los comentarios,- extraje varias conclusiones que anoté en mi cuaderno de campo:
1. El cenizo ODIA que la gente disfrute.
2. El cenizo disfruta a su vez con el sufrimiento ajeno.
3. El cenizo tiene problemas de visión - Si no, ¿De dónde se sacó el resultado final?
4. El cenizo vive en un mundo distinto, donde todo está lleno de cosas horribles y él decide ahorrar a la gente tanto sufrimiento, en este caso haciendo que la gente se suicide tirándose grada abajo.
¿Me he olvidado algo?
Pero éste no va a ser un post sobre fútbol, sino dedicado a ese personaje entrañable que aparece cuando menos te lo esperas. En el estadio son particularmente frecuentes, pero la verdad es que están en cada esquina para alegrarnos la vida. Sí, me estoy refiriendo al cenizo.
Minuto 45 de la primera parte. Resultado en el marcador, 4-1.
Cenizo: - Yo no se por qué la gente aplaude tanto. Todo el mundo que si "¡Ole y Ole!" Después ya verás ya...
Minuto 10 de la segunda parte. Resultado, 4-2.
Cenizo: - ¡Dios! ¡Ya hemos perdido el balón en el centro del campo! Si es que somos un desastre, este equipo siempre igual, no valemos para nada, la defensa está floja, el centro del campo no existe, los delanteros están dormidos...
Minuto 40 de la segunda parte. Resultado, 4-3.
Cenizo: - Ya verás qué largo se hace este final - en tono risueño.- ¡¡Si es que aquí siempre a sufrir!!
Fin del partido. Resultado final, 4-3.
Cenizo: - ¿Véis cómo íbamos a perder?
Conclusiones: después de disfrutar del sujeto de estudio durante las dos horas de partido,- y que mi hermana casi convulsionase con los comentarios,- extraje varias conclusiones que anoté en mi cuaderno de campo:
1. El cenizo ODIA que la gente disfrute.
2. El cenizo disfruta a su vez con el sufrimiento ajeno.
3. El cenizo tiene problemas de visión - Si no, ¿De dónde se sacó el resultado final?
4. El cenizo vive en un mundo distinto, donde todo está lleno de cosas horribles y él decide ahorrar a la gente tanto sufrimiento, en este caso haciendo que la gente se suicide tirándose grada abajo.
¿Me he olvidado algo?