7.2.06

ANTES DE LAS DOCE ESCAPAN CENICIENTAS

Cuando tenía 10 u 11 años nos llevaron de visita a la fábrica de aguas de la Ribagorza. Yo entonces vivía en Graus, y recuerdo que fuimos hasta la fábrica andando todos por el arcén, tres o cuatro kilómetros, cantando y haciendo bromas. La visita resultó un poco aburrida, pero cuando nos marchábamos, el que nos enseñaba la fábrica había señalado un montón de garrafas de 5 Litros: "Si queréis, podeis llevaros una"
Tendríais que habernos visto: todos los niños cargados con bidones de 5 litros por la carretera, bajo un sol de justicia. Recuerdo que casi no lo podíamos arrastrar, y que el camino de vuelta se hizo eterno, teniéndonos que parar a cada paso para dejar el peso en el suelo, para volver a cogerlo unos segundos después. Pero no nos importaba: estábamos contentísimos de la alegría que les íbamos a dar en casa.
Por supuesto, nunca olvidaré cuando mi madre abrió la puerta y vio a su pequeña hija cargada con la garrafa de 5L de agua de la Ribagorza: "¡¿Pero cómo se te ocurre traer eso?!" "Me lo han dado. ¿Cuánto vale, 500, 600 pesetas?" "Hija, como mucho 30 pts"
Por supuesto, por la tarde en el patio del colegio todos juramos venganza al capataz de la fábrica, que nos había hecho cargar con tal peso sin decirnos lo poco que costaba.
Ayer, por el final de las clases, nos dieron a cada uno un Vademecum (el librote rojo que parece un ladrillo con todos los fármacos) Todo el mundo se iba más hueco que para qué cargando el peso del libro bajo el brazo, y yo en lo único que podía pensar era en aquel día en el que había cargado los 5L hasta mi casa en Graus.
Qué ilusos...

7 comentarios:

Ardaleth dijo...

Hasta hace no mucho estaba convencidísima de que el famoso Vademecum era simplemente un medicamento más. Tengo curiosidad por verlo y echarle un vistazo, ya me lo enseñarás :D

Anónimo dijo...

Jejejeje, nosotros teníamos la suerte de que nos llevaban a la fábrica de Martínez, cuando todavía no se habían translado fuera de Cantabria... entre lo que zampábamos dentro y lo que nos llevábamos de allí... Otros cursos tuvieron más suerte aún y les llevaron a la fábrica de Netslé, agua se me hace aún la boca pensándolo.

Ahora, no te quejes, a mí en la carrera lo único que me han dado son disgustos.

Villaykorte dijo...

Yo iba a un colegio de curas, nos hacían comprar un cuadernito al que ellos llamaban Vademecun (en una cachonda mezcla de todas sus acepciones)En el Vademecum tenías que escribir todos los deberes de la jornada y llevarlo al día siguiente firmado por tus padres. No pesaba casi nada pero a veces la carga era casi insoportable.

Isabel dijo...

No sabía que la palabra Vademecum fuera tan usada... Quién lo hubiera dicho.

Y por cierto, Chamaruco, qué suerte, la fábrica de Martínez. De ahí sí que me hubiera llevado peso... Incorporado. Esto de las dietas se lleva fatal, jaja.

(Como el anuncio de teletienda que le encantaba a mi hermana: "Yo no me ponía a dieta, yo VIVÍA a dieta")

(¿Qué esperabais de mi hermana? También le gustaba el anuncio del reloj con cantos de oropéndola y de las fundas que quitaban el aire:"Todo es aire, George")

Villaykorte dijo...

Vengo a felicitarte por el "set" que le habéis metido al Madrid (6 goles sí que deben pesar)

Isabel dijo...

GRACIAS!!!!

Qué voy a decir... No tengo palabras. Absolutamente SOBERBIO

:)

rigea dijo...

¿Desde cuando se fabrica el agua?
No es por se "capullo", pero creo que a donde fuisteis fue a una embotelladora