Delante de mi casa, en una pequeña plazuela, vivían los mendigos.
Llevaban allí más de un año, tiempo en el que la plaza había pasado de ser un lugar verde y agradable a un auténtico vertedero: el césped había desaparecido, los cartones de vino se extendían por doquier y el olor era insoportable.
Yo pasaba por allí todos los días, varias veces, siempre con el miedo metido en el cuerpo al ver cómo el grupo iba creciendo. Empezaron siendo media docena, y al final ya eran casi veinte los mendigos que, agrupados, dejaban pasar allí los días. En los últimos tiempos habían comenzado las peleas, los gritos, y a aparecer la Cruz Roja y la policía más de lo normal. La culpable, La Loca, la única señora en todo el grupo: pequeña, gorda, desdentada y con los pelos sobre la cara, lanzaba improperios a unos y a otros, mientras los demás permanecían callados, endormiscados por el alcohol.
De repente, hace cosa de una semana, desaparecieron. De la noche a la mañana se esfumaron y la plazuela se despertó abandonada y silenciosa, como ya casi no podía recordarla.
Sin embargo, no todos se fueron. Tres permanecieron allí, quién sabe si olvidados, perdidos o desterrados.
Uno de ellos duerme constantemente, tapado con una alfombra raída, ajeno al tráfico a su alrededor. Otro anda sin parar, de arriba a abajo, las manos sucias y el rostro surcado de arrugas. Y el tercero... El tercero es El Negro.
El Negro se sienta al lado del semáforo y allí da conversación a todo el que pasa. Te saluda, te pide amablemente tabaco, o dinero, o simplemente te comenta algo que en ese momento pasa por su cabeza. Pero lo más increíble, es que parece feliz. Que de haber podido elegir entre todos los lugares del mundo, se hubiese quedado con ese.
Lo miro y pienso: ¿Le olvidaron los demás en su partida, o se quedó él? En ocasiones nos quedamos tan solos, tan perdidos... Aunque a veces es mejor caer en el olvido.
Llevaban allí más de un año, tiempo en el que la plaza había pasado de ser un lugar verde y agradable a un auténtico vertedero: el césped había desaparecido, los cartones de vino se extendían por doquier y el olor era insoportable.
Yo pasaba por allí todos los días, varias veces, siempre con el miedo metido en el cuerpo al ver cómo el grupo iba creciendo. Empezaron siendo media docena, y al final ya eran casi veinte los mendigos que, agrupados, dejaban pasar allí los días. En los últimos tiempos habían comenzado las peleas, los gritos, y a aparecer la Cruz Roja y la policía más de lo normal. La culpable, La Loca, la única señora en todo el grupo: pequeña, gorda, desdentada y con los pelos sobre la cara, lanzaba improperios a unos y a otros, mientras los demás permanecían callados, endormiscados por el alcohol.
De repente, hace cosa de una semana, desaparecieron. De la noche a la mañana se esfumaron y la plazuela se despertó abandonada y silenciosa, como ya casi no podía recordarla.
Sin embargo, no todos se fueron. Tres permanecieron allí, quién sabe si olvidados, perdidos o desterrados.
Uno de ellos duerme constantemente, tapado con una alfombra raída, ajeno al tráfico a su alrededor. Otro anda sin parar, de arriba a abajo, las manos sucias y el rostro surcado de arrugas. Y el tercero... El tercero es El Negro.
El Negro se sienta al lado del semáforo y allí da conversación a todo el que pasa. Te saluda, te pide amablemente tabaco, o dinero, o simplemente te comenta algo que en ese momento pasa por su cabeza. Pero lo más increíble, es que parece feliz. Que de haber podido elegir entre todos los lugares del mundo, se hubiese quedado con ese.
Lo miro y pienso: ¿Le olvidaron los demás en su partida, o se quedó él? En ocasiones nos quedamos tan solos, tan perdidos... Aunque a veces es mejor caer en el olvido.
23 comentarios:
Quizás olvidaron a El Negro. Quizás él les fue sembrando ese olvido, ese no recordarle entre tantos. El olvido del grupo se convirtió en su salvación. Bello post.
Besos.
Quiza el negro ha pensao "Iros, y llevad tanta gloria como paz dejais""
Que tambien puede ser que el mismo, a pesar de formar parte de ese grupo, estuviera hasta las mismisimas narices de ellos...
Tambien puede ser que el negro se haya olvidado de los otros, que al fin y al cabo hoy estan aqui y mañana alli. A veces para ser feliz lo que necesitamos es no tener nada, y el lo ha conseguido. A los demas nos cuesta un poco mas que a el, y sin embargo, es desfavorecido por definicion es el. Por eso no hay creer en lo establecido. Saludos viajera
No es más feliz el que más tiene sino el que menos necesita... o eso, o es que lleva semejante cuelgue mental que ya no le importa.
Que no te pienses que no sigo leyendo esto. Y con gran fruición. Sólo que la inspiración en estos últimos tiempos brilla por su ausencia, y ante comentarios tan brillantes como algunos que te dejan, mejor observar en silencio.
Y coincido con vitore: hermoso post.
Besos mil
PD: Dios mío, se me volvió a olvidar lo del vegetariano. Qué desastre ^^U
Hola Mae, gracias por tu visita ;)
¿Conoces el cuento del Rey que para curar a su hija de una enfermedad mortal necesitaba que esta se pusiese la camisa de un hombre feliz?
buscó, buscó, y cuando encontró un hombre feliz, ni siquiera tenía camisa.
Definitivamente, El Negro es feliz.
Vitore:
Muchas gracias. Quizás. Quizás.
Toxcatl:
jaja, sí, eso pasa: hay muchas veces que te hartas del grupo.
Alter ego:
Indudablemente, muchas veces no hay que creer en lo establecido. Tener mucho puede ser un inconveniente para obtener la felicidad... Pero también el no tener nada. Me gustan los puntos medios.
Ardaleth:
GLAN MAESTLA. Ya creí que me habías olvidado, snif snif. Te veo de bajón creativo, no te preocupes, suele pasar. Pero tus comentarios siempre son bienvenidos, si alguno puede ser brillante, ese es el tuyo ;)
Cuánto amor, jaja.
(Y lo del vegetariano, también mea culpa. Para la semana que viene)
Steinkel:
Bienvenido, y de nada. Ya sabes dónde estoy y no, no conocía el cuento, pero me gusta mucho.
¿Sabéis qué es lo que más me sorprende? Que yo había escrito un post pensando en la soledad, y todos os preocupais de por qué El Negro está solo. Muy curioso. Me encanta :)
Un beso
Es posible tantas cosas, incluso que entre ellos no se conociesen, y simplemente se hiciesen compañia porque no gusta dormir solo, aunque a veces es mejor.
el que menos tiene, es el que mas feliz es...por lo menos es dicen.
En mi ciudad habia uno, que queria de todo, pero el queria vivir en la calle...se llamaba Troy, nunca se me olvidara. Era extraño pensar, que una persona teniendo todo tipo de lujos, se echase a la calle proq era alli donde era fliz.
La miseria humana es todo un tema. Muy buen texto. Saludos.
No sé si has visto "El viaje de Chihiro", hay un personaje errante llamado "Sin Cara". Mi visión de ese espíritu (porque lo es en la película) me resulta un bellísimo retrato de un vagabundo.
A mi no me preocupa que el Negfro esté solo. Lo que me fascina es que puede ser feliz con lo que tiene (o al menos, lo imita muy bien). Seguro que a veces, todos seríamos más felices con lo puesto. dale conversación, a lo mejor te sorprende, o le sorprendes tú a él.
Un abrazo!!
La soledad no es mala cuando es voluntaria. En ocasiones, también es necesaria, hace falta un poco de distancia de los demás. ‘Hungry Heart’, de Bruce Springstreen, va más o menso por ahí. Y si lo dice El Jefe…
Muy buena la historia de Steinkel, aunque yo no me lo tomaría al pie de la letra. Creo que es necesario un mínimo de comodidad, incluso para El Negro.
Les dejó que se fueran porque no tenían contestación, me apuesto algo.
Jerseygirl:
Sigo pensando que esas situaciones suelen ser impuestas, nunca elegidas. Hace falta un mínimo de comodidad para ser feliz.
Xixe:
Gracias y bienvenido.
Carlos (Sr.Chow):
Sí que la he visto, de hecho es una de mis películas favoritas. Nunca había visto al Sin Cara así, pero es posible. Más bien me parecía algún tipo de repudiado... Pero es posible.
Santo Job:
Totalmente de acuerdo. Haremos el experimento.
Angel:
Por supuesto: la soledad es necesaria. Y un mínimo de comodidad indispensable, como he dicho ya varias veces.
Capitán Achab:
Muy probable. Pero mucho.
Un beso a todos.
Completamente de acuerdo, la soledad es necesaria siempre que sea elegida. Pero un poco de calor humano, cuando no te lo esperas, a veces también viene bien...
Es curioso como la sociedad surge como artificio construido para el bien común de los individuos. Sin embargo, la derivación histórica de esta construcción nos ha llevado, hasta ahora, a la actual "sociedad de bienestar". Las masas viven conforme a un molde que marca las pautas de la vida de esos individuos que las conforman, las mismas ideas, los mismos objetivos, las mismas vidas encauzadas teleológicamente. ¿Quién es el que escapa a la alienación que cada día más domina el mundo a través de la manipulación mediática apoyada en la anulación de la individualidad?
Amigos, yo tengo la respuesta: nosotros, cada uno de nosotros que no forma parte de esa falsa realidad. Constantemente intentan colocar etiquetas para evitar que ninguna individualidad quede fuera de la norma. Por ejemplo, ¿qué es ser un freaki? La globalización neoliberal no tiene límites y hasta en esta etiqueta nos intentan "englobar". Independientemente de lo orgulloso que pueda estar uno de se identificado como tal, o no, la perversión pretende darle alcance mediante la unificación de la norma (idioma, moneda, cultura, pensamiento, realidad). Un saludo a todos los caminantes solitarios: mae, javi, ardaleth, vitore, toxcatl, alter ego, steinkel, jerseygirl, xixe, carlos (sr. chow), el santo job, ángel, achab, pluma roja, La Loca, El Negro…
"Morir por la verdad.- No dejaríamos que nos quemaran por nuestras opiniones, tan poco seguros estamos de ellas, pero sí quizá por el derecho de tener opiniones propias y de poder cambiarlas", NIETZSCHE, F., "El caminante y su sombra"
Posiblemente necesitara quedarse solo, en silencio, con sus bolsillos vacíos de dinero pero llenos de pensamientos y recuerdos...
Saludos!
Sí, un repudiado... mi visión de Sin Cara es muy personal, pero si traduzco el personaje al mundo real, creo que sería una especie de mendigo.
Saludos, me alegra mucho que sea una de tus películas favorias, Miyazaki (aunque sorprenda a mucha gente) es mi director favorito.
Pluma roja:
¡¡Qué haríamos sin ese calor humano!!
Jacobo:
Pero cómo puedes ser tan rollero?? Jaja, esta vez te lo perdono porque me encanta tu cita de Nietzsche.
Naxo:
Saludos también para ti, y que tengas los bolsillos llenos de lo que necesites.
Carlos:
No me extraña, el director se lo merece. Tengo preparado para ver El Castillo Ambulante, que se me escapó cuando estuvo en el cine. Ya te contaré qué tal.
Un beso a todos y mil gracias por vuestros mensajes.
este hombre en especial, no. Fue amigo de mi padre, y su locura hizo que quisiese estar en la calle. Pero se que en la mayoria de los casos son impuestos...aunque no sean conscientementes.
A mi los mendigos me inquietan... no puedo evitar pensar en las historias que se encuentran tras su situacion. ¿Podriamos vernos algunos de nosotros asi algun dia?
Supongo que por eso la gente hace como que no les ve...
tal vez el negro fuera el único que no necesitaba huir...
es muy agradable leerte. Un beso.
Jerseygirl:
pobre hombre. Es lo único que puedo decir.
Inmita:
Sí, también yo pienso eso: ¿Cómo se llega hasta ese punto? Una pena. Igual tienes razón y por eso los ignoramos.
Najwa:
es posible. Muy posible.
BESOS
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