4.1.06

ME ALEGRO POR TU CEREBRO PERO, ¿DÓNDE ESTÁ LA PASTA?

Vale, estoy agobiada. No quiero pensar en eso, pero es la terrible realidad.

SE ACABAN LAS VACACIONES.

En fin, no sabeis lo duro que es decir eso. Aunque mis vacaciones consistan en estudiar todo el día, al menos no tengo que ir a clase, que es algo que DETESTO. Tengo múltiples razones para odiar ir a clase y todo lo relacionado con ello. Cierto es que ahora tengo un buen grupo ¡Aúpa mis chicas! (aunque, por supuesto, ninguna de ellas lee este blog. Son todas demasiado estudiosas como para perder el tiempo en estas cosas...)
El caso es que dentro de 4 semanas acabo las clases. Va a ser un día... FELIZ. El asco que le he cogido a esa facultad no se lo imagina nadie, y una porque tiene carácter, que si no hubiera resultado traumático. (Bueno, de hecho YA es traumático) 6 años son muchos años. Y la verdad es que la facultad de medicina es un mundo tremendamente hostil para un bicho raro. Aunque para mí los raros son ellos... Y si no, que alguien me explique, porque para mí el deseo de estudiar 25 horas al día y la competitividad hasta en lo más mínimo no es normal.
Por supuesto que hay gente maja, pero lamentablemente son la minoría. Claro que es una opinión subjetiva, puede ser que haya tenido mala suerte. Pero, incluso la gente más encantadora, no puede evitar pensar más que en la carrera. A mí me parece triste. Ellos son felices así. Supongo que he estado en el ambiente menos indicado...
También es cierto, buscando lo positivo donde creo que no lo hay, que en estos años en la facultad he aprendido muchas cosas. Por ejemplo, he pasado de ser una empollona perfeccionista a tomarme las cosas con más calma. Creo que Medicina es el caldo de cultivo ideal para que gente así potencie todavía más el estudio y el perfeccionismo, llegando hasta la neurosis, pero yo siempre he ido contra corriente, hasta para eso. Ahora me preocupo menos por las cosas. Me he dado cuenta de que hay cosas mucho más importantes que estudiar o que intentar hacerlo todo perfecto. He aprendido a ser más independiente, a confiar más en mí misma, a no avergonzarme de cómo soy sino a estar orgullosa por ello. Me he vuelto más tranquila, le doy menos vueltas a las cosas. En definitiva, he dado un giro de 180 grados y ahora soy mucho más feliz y tengo todo más claro.
Vamos, que aún tendré que agradecer todos estos años. Si ya lo digo yo: lo que no mata, hace más fuerte...

3 comentarios:

Haters dijo...

Por qué hay gente que quiere ser médico? Jamás lo he entendido.

Eso de ayudar a la gente está bien, pero si yo tuviera eso como objetivo profesional en la vida, me metería a una ONG, que no deteriora tanto tu calidad de vida como estudiar Medicina y luego ejercerla.

Ustedes sabrán.

Isabel dijo...

jaja, yo tampoco lo entiendo, la verdad.

Ya lo dicen por ahí: estudiar medicina perjudica seriamente su salud.

Anónimo dijo...

Estudio 4 de farmacia y me caes bien. Alberto. jeje agrégame si quieres, pareces maja alberto_paradysso@hotmail.com (Y pensar que estoy ahora mismo en la biblio y he leído esto por buscar la canción de Trae ese ron...) Un abrazo y ánimo con los bichos raros! (échales insecticida bosque verde, que mata más!!!)