SI VUELVO A RECONCILIARME CON EL MUNDO

Lo que son las cosas. La gente de fiesta y yo aquí, peleando con el ordenador para ver si consigo poner esto en marcha... De todas formas, esconderse cuando todo el mundo sale no puede ser tan raro no? La gente borracha y sucia, dando gritos por las aceras no es una visión demasiado agradable. A veces me pregunto si esa gente es feliz de ese modo, y después me doy cuenta de que sí lo son, precisamente porque no se hacen este tipo de preguntas. Paradójico como todo.

A quien no me conozca y lea esto, si alguien lo hace, seguro que le parece un comienzo un poco oscuro. Jaja, cosas de la vida. Hay días para querer y hay días para olvidar, como dice la canción (o recordar, ahora no lo tengo muy claro) Y a los que me conozcan, pues no se extrañaran de lo que digo. A fin de cuentas, por muy peculiar que uno sea, nunca es totalmente original en este mundo de copias.

En fin, en el fondo, y no tan en el fondo, soy feliz evitando las charangas y los peñistas, y toda esta cultura española del botellón a lo guarro, dejándolo todo hecho un asco mientras das gritos, mostrando así lo bien que te lo pasas. Poco a poco consigues evitar esa forma de diversión, y llegas a creer que toda la gente es como tú y se comporta del modo en que tú lo haces, y se divierte con lo mismo. Pero bueno, siempre están las Fiestas del Pilar para recordarte que eres parte de una extraña minoría que prefiere echar unas partiditas a ducharse con calimocho. ¡Vivan las fiestas populares!