Ayer volví al cine. Tras darme de golpes contra el escritorio al darme cuenta de que ya habían quitado Flores Rotas y El Método (¿por qué siempre me pasan esas cosas?) acabé cediendo, como casi siempre, y fui a ver El Jardinero Fiel.
Ya dije que cuando pillas una mala racha de películas, la pillas. Y esta racha... Hasta el fondo.
La verdad es que tendría que haber ido a ver Ayurveda, como yo quería (un documental sobre la medicina tradicional en la india... Al menos hubiera aprendido algo)
Contar con un buen director parece estar dejando de ser una garantía, y en este caso fue así: no se qué le habrá pasado por la cabeza a Fernando Meirelles, pero lo cierto es que después de rodar un peliculón como Ciudad de Dios, no se quién le manda meterse de lleno en el cine comercial.
Es cierto que el director intenta introducir una serie de recursos bastante particulares: los flash-backs fragmentados (jaja, eso me lo acabo de inventar. Me refiero a los flash-backs que aparecen varias veces en distintos momentos, para contar una misma escena... Es un recurso que también lo usa bastante Alejandro González Iñarritu, el director de Amores Perros y 21 gramos), determinados planos, movimientos de la cámara... El problema es que no resultan armoniosos en ningún momento, no encajan ni con el argumento ni con el resto de la película.
Las interpretaciones, correctas. Fiennes bueno, pero realmente el papel no le daba para explayarse más. El resto... Anodinos.
En cuanto al guión... Según el Señor Auster es que estaba poco madurado. Yo simplemente opino que es difícil adaptar una novela y crear un buen guión. La película trataba un tema de una dureza impresionante, como es el uso de fármacos en África y el dinero que todo ésto mueve, pero no conmovía, no llegaba el mensaje. Al final lo único que te quedaba era un personaje dando tumbos de un lado a otro, enlazando pruebas sin saber muy bien cómo (me recordaba a los libros de Sherlock Holmes, que siempre descubre al asesino no sabes muy bien por qué. Por eso me gusta más Agatha Christie) Así como en Ciudad de Dios el tema, los personajes, todo te arrastra a ese mundo, te conmueve, el espectador se siente afectado por lo que ve, lo que sentía ayer en el cine era una profunda indiferencia.
En cierto modo me recordaba a La Intérprete: ambas películas se encuentran en la misma linea de la conspiración diplomática, con la diferencia de que en La Intérprete de Pollack la linea argumental se lleva mejor, el rodaje es más sobrio, más adecuado a lo que se nos cuenta. Y bueno, si no nos gusta la película, siempre te puedes entretener mirando a Nicole Kidman y a Sean Penn, lo que siempre es un placer.
En fin, qué mala racha...
Bueno, pero lo de siempre: es una opinión... Si a alguien le gustan las películas de intriga gubernamental y Ralph Fiennes, ésta es la película adecuada. Además los planos de África son... De lo mejor de la película.
En fin, vuelvo a mi agujero de estudio... Saqué la cabeza demasiado rato.
(y mi amenaza de acabar con el programa que cuelga las fotos sigue vigente)
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