18.11.05

ES MI EJERCICIO UNA VIRTUD Y UN VICIO

"Y una vez más, sólo se dijeron Pequeñas Cosas.
Las Grandes Cosas permanecieron dentro, sin decirse"
El Dios de las Pequeñas Cosas, Arundhati Roy
Ayer estrené mi ex-libris. Con cuidado, poco a poco, porque aún no domino el arte de sellar y tengo miedo de estropear los libros (con otras cosas no, pero con mis libritos soy tremendamente maniática) Así que a una media de 5 ó 6 libros/día, tengo para largo :)
El primero que decidí sellar fue La Conjura de los Necios. Por supuesto, no fue una casualidad. Me decidí por ese por lo mucho que me gusta y porque no es una edición demasiado buena, con lo que un error tampoco me iba a resultar imperdonable (aún no me he atrevido a sellar mi súper edición de El Señor de los Anillos) Por supuesto, no sólo lo sellé, sino que también lei el primer episodio, en el que Ignatius espera a que su madre salga de los grandes almacenes y aparece el policía. Me encanta el abuelo que habla de los comunistas. De hecho, me gusta todo el libro. Muchísimo.
El segundo libro fue El Dios de las Pequeñas Cosas. Abrí el libro y, ahí estaba, una nota pequeña, donde había apuntado la cita de más arriba. Es extraño, normalmente todas las citas que encuentro las paso a la libreta. Esa se quedó a mitad de camino. No importa, ahí se va a quedar. De hecho, eso es la literatura: una constante sorpresa.
(Lectura, escritura... Día poético. Por la mañana en preventiva escribiendo una historia. Al menos es más normal que ayer, que me pegué la clase de hematología escribiendo un cuento por los márgenes de las fotocopias, un cuento sobre el país de las Adenopatías y el Rey Bazo, que buscaba el Anillo de Waldeyer. En fin, sin comentarios... Bastante deprimente, pero la verdad es que imaginación no me falta. Una buena noticia)

No hay comentarios: