21.5.07

NO TIENEN CULPA LA MADRE QUE LOS PARIÓ

Este sábado pasado en la Romareda decidí irme de tour turístico para ver otra perspectiva del fútbol. En cristiano: llovía a cántaros,- mejor dicho, diluviaba - así que tuve que abandonar mi asiento a pie de campo para subirme a otro cubierto, con lo que las vistas eran bastante diferentes... Como en la tele, vamos.

Pero éste no va a ser un post sobre fútbol, sino dedicado a ese personaje entrañable que aparece cuando menos te lo esperas. En el estadio son particularmente frecuentes, pero la verdad es que están en cada esquina para alegrarnos la vida. Sí, me estoy refiriendo al cenizo.

Minuto 45 de la primera parte. Resultado en el marcador, 4-1.
Cenizo: - Yo no se por qué la gente aplaude tanto. Todo el mundo que si "¡Ole y Ole!" Después ya verás ya...

Minuto 10 de la segunda parte. Resultado, 4-2.
Cenizo: - ¡Dios! ¡Ya hemos perdido el balón en el centro del campo! Si es que somos un desastre, este equipo siempre igual, no valemos para nada, la defensa está floja, el centro del campo no existe, los delanteros están dormidos...

Minuto 40 de la segunda parte. Resultado, 4-3.
Cenizo: - Ya verás qué largo se hace este final - en tono risueño.- ¡¡Si es que aquí siempre a sufrir!!

Fin del partido. Resultado final, 4-3.
Cenizo: - ¿Véis cómo íbamos a perder?

Conclusiones: después de disfrutar del sujeto de estudio durante las dos horas de partido,- y que mi hermana casi convulsionase con los comentarios,- extraje varias conclusiones que anoté en mi cuaderno de campo:

1. El cenizo ODIA que la gente disfrute.
2. El cenizo disfruta a su vez con el sufrimiento ajeno.
3. El cenizo tiene problemas de visión - Si no, ¿De dónde se sacó el resultado final?
4. El cenizo vive en un mundo distinto, donde todo está lleno de cosas horribles y él decide ahorrar a la gente tanto sufrimiento, en este caso haciendo que la gente se suicide tirándose grada abajo.

¿Me he olvidado algo?

16.5.07

... Y OTROS ME LLAMAN Y ME AMENAZAN

Como aquí mi amigo el blog se está convirtiendo en algo muy trascendente y que sólo sirve para llorar,- aparte de que aparece y desaparece,- voy a hacer una petición trivial para salir de esta etapa tan gris. Así que:

BUSCO INTÉRPRETE

Pongámonos en situación: aquí está Mae, que para practicar alemán no se le ocurre otra cosa que buscar un alemán para hacer intercambio de idiomas,- ¡¡Cuánta sabiduría!! Pensaréis.- Hasta aquí todo bien. Mae encuentra a un chico alemán de Erasmus en la ciudad y queda un par de días con él. De hecho el chico resulta ser bastante agradable y no parece ofenderse cuando Mae destroza su idioma, lo cual resulta fantástico.

Puntualización: el español del chico es bastante bueno, aunque los géneros y los artículos no son lo suyo,- muy comprensible si se tiene en cuenta que en alemán no se parecen en nada,- así que los cambia constantemente. Pero bueno, ya me gustaría a mí tener sólo ese problema con el alemán...

Hoy hemos quedado. Hemos estado charlando amigablemente por hora y media,- una hora y 28 minutos en español, 2 minutos en alemán o en algo que se le parecía,- y hemos quedado para la semana que viene.

Hace unos minutos he recibido el siguiente mail:

"Hola,
No puedo el martes,
quedamos más tarde la semana que viene?
me gusta mucho ;)"

¿¿Entendéis por qué necesito ayuda?? Se agradecerán todo tipo de traducciones y de amenazas a la RAE para que simplifique el lenguaje. - ¡¡Ese "hola" me está matando!!

22.4.07

HIERE QUIEN QUIERE Y QUIEN PUEDE

Como Ardaleth contaba hace poco, cada vez soy más consciente de que escondo mis fantasmas en el armario igual que en las películas agolpan el desorden detrás de la puerta. Con esto se corre el grave peligro de que cualquier minucia - una ráfaga de viento, por ejemplo - abra la caja de Pandora proyectando todo hacia fuera repentinamente, con resultados catastróficos.

Hay cosas para las cuales mi fortaleza es inigualable. Sin embargo, para otras, parece que esté hecha de cristal. Será porque no consigo aprender, no del todo, de las malas experiencias pasadas. De alguna forma sigo teniendo fe en el ser humano, cuando si tuviese una memoria superior a dos segundos debería aislarme en una cueva. Soy así. Mi hipersensibilidad sigue jugándome malas pasadas.

Así que estoy en un momento delicado anímicamente hablando, aunque ya recuperándome. De momento voy ganando pequeñas batallas, - no rendirme ante la presión de la masa siempre es satisfactorio,- y reconstruyendo mi universo después del último tornado. Además, se acercan tiempos mejores. De momento mi nueva guitarra me acompaña. Y creo que era lo único que me faltaba para enmarcar mi imagen bohemia.

9.4.07

LA VIDA ES FLUIR

Parece que las cosas se van aclarando: los días pasan y van desapareciendo las incertidumbres. Sin embargo me extraña cómo estoy. De alguna forma me siento rara, porque me encuentro dispuesta a cerrar una página apenas sin mirar atrás.

Se que mucha gente va a perderse, tal vez demasiada, pero parece que no me importa. Ya he pasado por esto antes, y aunque la otra vez fue una huida en toda regla, la sensación es la misma: necesito un cambio. Es cierto que ahora no creo que tenga que conocer gente nueva, aunque sin duda lo haré. Supongo que con el tiempo voy siendo menos ilusa y espero menos de las personas. Pero sí, necesito un cambio. Necesito salir de este círculo que me aprisiona y no me deja respirar, de la cárcel en la que me metí sin saber muy bien lo que hacía.

Hay una cosa en común a aquella escapada a los 18 y ésta, 7 años después. El hecho de que, al repasar las personas con las que lo he vivido, me doy cuenta de que muchas no merecen la pena. Otras sí, por supuesto, pero las diferencias con el resto de la gente, que mientras tanto me parecían defectos casi sin importancia, ahora se que serán la causa de que los olvide.

La vida es fluir... Y como sigue diciendo la canción: "...Como estos pensamientos que tratan de huir/ de una mente acostumbrada a sufrir..."

Me gustan los cambios.

2.4.07

EL TREN QUE SE LLEVABA TU ANGUSTIA SE RETRASA

Estaba buscando un relato que parece ser que he perdido (en otra situación esto me hubiese hecho entrar en un ataque de nervios pero afortunadamente en este caso tiene remedio) cuando, esperando a que el perro odioso de Windows me ofreciese alguna pista, han aparecido fotos de Santa Anita.

No eran las fotos que hice yo allí, sino unas que nos dejaron antes de ir, que yo misma me encargué de pedir por el simple hecho de ir adelantando acontecimientos, de poder prepararme para lo que iba a ver. Hoy las encontré de nuevo, ya olvidadas, y las reconocí. Reconocí en ellas los rostros de personas a las que tuve la oportunidad de conocer: Giovana, Ada, Brenda, Pipo... También de muchos rostros sin nombres, incapaz de recordarlos todos, pero allí estaban: la misma mujer que en una de las charlas se sentó en primera fila y asentía muy seria a todo lo que decíamos. Una de las cocineras, esgrimando un cucharón de palo. Niños a los que esquivaba todas las mañanas cuando entraba a casa, tripas que palpé, pesos y alturas que apunté, corazones que pude escuchar latir.

Me ha emocionado verlos en esas fotos, comprender que ahora podía atribuírles un recuerdo a cada uno de ellos. Ha sido agradable ese paseo y, sin embargo, la última foto me esperaba. Ya la primera vez me generó inquietud, pero ahora más todavía: recordaba a Ana, jugando con una Barbie vieja y sucia, peinándola constantemente aunque nada podría hacer que la muñeca mejorase. Empeñándose en mostrarla a la cámara, más importante que ella misma, orgullosa de ese montón de plástico.



Y ahora, después de todo estos recuerdos, la muñeca de Brenda me esperaba: más horrenda todavía, sucia, vieja, casi un muñeco diabólico más que otra cosa. Pero ahora comprendía que era su muñeca. Algo que era suyo, única y exclusivamente suyo.

Hay sitios donde los sueños mueren antes de nacer.

26.3.07

ESTO ES UN VOLVER A EMPEZAR

¿Será esto hacerse mayor? Hablo de despertarte en medio de la noche dándole vueltas a algo, una y otra vez, sin conseguir llegar a una solución. Tal vez era esto lo que querían decir cuando durante años me acusaron de ahogarme en un vaso de agua, amenazándome con un futuro donde sí existían problemas de verdad.

Yo me hice mayor en el momento en que mi vuelo aterrizó en Barajas. No cuando soplé las velas en ese hotel de Cusco, ni cuando en la cima del mundo me di cuenta de que era capaz de hacer cualquier cosa. Mi cuarto de siglo empezó a pesar cuando comencé mi peregrinar por los hospitales y cuando por fin tuve que afrontar la pregunta que llevaba tanto tiempo evitando hacerme:

¿¿Qué coño quiero hacer con mi vida??

De momento he llegado a varias conclusiones, una de ellas clarísima: no me gusta tomar decisiones. Pero parece que esa es una de las obligaciones de la edad y el tiempo no se detiene.

Por supuesto se que no todo está perdido para Mae. Se que en cualquier momento, en cuanto llegue al estado de casi-certeza (hablar de certeza con una pregunta así me resulta imposible) volveré a tomarme la vida con mi carácter habitual: riendo mucho y llorando un poco más de la cuenta, pero no siempre de tristeza. De momento invocaré al pasado espíritu de Machu-Picchu y al alma errante de Belphegor para volver a creer que las limitaciones sólo existen en mi cerebro.

31.1.07

SI NO BRILLO YO, BRILLA MI AUSENCIA

Paquetes de kleenex, pilas, el Ipod, un adaptador, Moby Dick, un Scrabble de viaje, pastillas de la alergia, repelente de mosquitos, una libreta...

Odio el desorden y ahora mi mesa se está convirtiendo por momentos en una leonera.

No tengo problemas a la hora de hacer una maleta. Durante años estuve viajando casi todos los fines de semana, cuando vivía en el pueblo, y el hecho de preparar las cosas dejó de preocuparme. Ahora me pasa lo mismo: cada viaje, mi maleta es más pequeña. Cada vez cojo menos ropa, hasta el punto que he conseguido ajustarla para pasar con lo mínimo. Después de pegarme más de una semana por Italia con una mochila (no con una mochila de monte: una mochila normal, un pelín más grande que las que llevan los niños al colegio) ya no tengo problemas.

Pero hay una serie de pequeñas cosas, sobre todo en los viajes largos, que tienden a olvidarse. Esas cosas las voy amontonando a la vista cuando me acuerdo de ellas, para no olvidarlas. Y son en las que más tiempo pierdo. Me pasé una tarde entera cargando el Ipod, asegurándome de que mis cds favoritos estuviesen allí. Estuve más de una hora en la librería buscando un libro que mereciese la pena cargarlo durante tantos kilómetros. Di miles de vueltas por la papelería hasta que encontré una libreta en la que me apeteciese escribir. Sí, ya lo se: lo más seguro es que no escuche ni la mitad de la música, ni que pase del " Pueden ustedes llamarme Ismael" y que apenas escriba un par de líneas. Pero también se que si no me los llevo, los echaré en falta miles de veces.

Sólo se extraña lo que no está.

25.1.07

¿LO PRIMERO QUE HE HECHO AL LEVANTARME?

Podría contar tantas cosas...

Después de más de nueve meses de estudio intensivo se me ocurren muchas cosas para decir.

Podría hablar, por ejemplo, de las largas horas en la Sinués, donde ya me conocía a la directora, a las del turno de la mañana, a las mujeres de la limpieza, al hombre de por la tarde... Pero he pensado que hablar de horas de estudio puede resultar un poco aburrido.

Después he pensado que lo mejor sería hablar de los días previos al 20 de enero, el día M. Pero como estuve más que tranquila, comentar mis paseos a media mañana para entretenerme tampoco me ha parecido un buen tema.

Ya lo tengo, he pensado. Lo mejor es hablar del día en cuestión, el 20 de enero. Cómo me levanté a las 11 de la mañana, me paseé por casa, jugué un rato al ordenador... No, esto tampoco es muy interesante. Mejor nos teletransportamos al momento en que la vocal dice mi nombre. Sí, aquí estoy. Por favor, déjenme pasar, lo de ser la quinta en la lista y estar al fondo de una multitud histérica no ayuda a llegar hasta la puerta. Sí, soy yo. ¿Este es mi sitio? Perfecto. Y entonces pensé: "Esto sólo lo voy a hacer una vez en la vida" Y empezó todo. Bueno, realmente no. La verdad es que todavía pasó media hora más hasta que todo el mundo se hubo sentado y los cuadernillos estuvieron repartidos. Media hora en la que me dediqué a consolar a mi compañera de prácticas de la carrera, que estaba sentada delante de mí y estaba pasando un auténtico suplicio.

Pero, ¿Qué mejor tema que hablar del mismo momento del examen? Sus cinco horas, las 260 preguntas escritas a lo largo de 34 folios... Uf, me vuelve a doler la cabeza sólo de pensarlo. Éste tampoco es un buen tema.

¿Entonces? Porque hablar de la visita que hice al baño acompañada de la vocal tampoco me parece muy entretenido. O de cuando por fin entregué el examen y salí y lo primero que vi fue a unos cuantos disfrazados con pelucas plateadas. O de los momentos de desconcierto de después hasta que encontré a los que habían ido a esperarme...

No, nada de todo eso merece un post.

Así que... En los siguientes os hablaré de mis vacaciones. Mucho mejor.

6.1.07

QUE CANTANDO YO ME PONGO BIEN...

¿Seguís la canción? Bueno, supongo que no os la sabréis pero es una pena, porque si no hubiese quedado taaaaaaaaaan bonito: todos en plan coro, con una sonrisa en la boca y moviendo la cabeza al mismo tiempo. Parece una escena de los Monty Phyton.

Si tuviese un poco más de tiempo intentaría aprender a poner algún enlace con el video de la canción, o con la musiquita... Pero nada, no tengo ni idea de por dónde empezar y ya me estoy empezando a resignar a que este blog esté en el paleolítico de blogilandia: ni una triste modificación en la plantilla ni nada. Pero algún día lo conseguiré.

Bueno, Toxcatl me ha enviado un meme y como soy muy obediente y tengo poca vida social que compartir, aquí va:

5 COSAS QUE NO SABES DE MÍ:

1. Me se de memoria la película de Robin Hood de Errol Flynn y Olivia de Havilland. Podría recitarla palabra por palabra porque cuando era pequeña la vi millones de veces. Creo que es mi primera película fetiche.

2. Empiezo a leer las revistas, los periódicos... Por la última página.

3. Desde hace años tengo pegado enfrente del escritorio un cartel que dice: "Si quieres, puedes"

4. No me gusta el café. Ni solo, ni con leche, ni cortado, ni carajillo de Bayleis ni nada. Soy la mujer de los Cola-Caos, algo que a la gente le hace mucha gracia, cosa que nunca comprenderé.

5. Llevo sin ver al señor Auster exactamente 43 días. Sí, una para ciertas cosas es muy patética.

Realmente... ¿Tiene todo esto alguna importancia? No lo se, pero supongo que resultará curioso para los que no me conozcan. Y para los que sí, no lo tengo tan claro (para algunas cosas soy TAN transparente)

Aquí está para quien le falte inspiración. Pero se lo mando a Pluma Roja, a Zuviëh y a Chamaruco.

¡Ah! Y para que no os quedéis con la mosca detrás de la oreja por la canción (algo altamente probable) dice Kase.O:

"Que cantando yo me pongo bien/la vida va mucho mejor/
con tal de llegar a fin de mes/con tal de llegar a fin de mes"


31.12.06

EL TIEMPO, A VECES AMIGO DEL HOMBRE

El último día del año... Creo que las personas somos muy aficionadas a hacer recuentos, listas de tareas y objetivos. Hasta hace cosa de cuatro o cinco años yo era de esas personas que en Nochevieja pensaban qué es lo que quería conseguir en el nuevo año: más tiempo para leer, hacer algún viaje interesante, practicar deporte con más frecuencia o simplemente dejar de comerme las uñas (algo que tendría que volver a replantearme...) Por supuesto olvidaba esas promesas con rapidez, hasta hubo algún año en que las escribí en una libreta de la que nunca se volvió a saber. Las personas somos así.

Ahora ya ni siquiera eso. No digo que esto sea lo mejor, pero la cuestión es que ya no lo veo necesario. Considerando que puede ser que pasado mañana me caiga una teja en la cabeza, ¿Qué sentido tiene ponerse a pensar que quieres adelgazar un kilo al mes? Y este pensamiento, en contra a lo que pueda parecer, es realmente optimista. De hecho creo que es lo más cercano que existe a una especie de iluminación Zen, a la felicidad si me apuras y eso realmente existe. Es la certeza de que lo realmente importante es el ahora.

Este año ha habido bastantes cambios y se que el año que viene habrá más. De momento vivo en suspenso hasta ese maravilloso día 21 de enero en el que podré dormir todo lo que quiera y pasar el tiempo en lo que a mí más me guste. Después viene el Viaje con mayúsculas, y luego espero que más viajes... Y la jornada de reflexión, por supuesto. Distinto. Muy distinto. Y con ganas pero también con respeto, como creo que se deben afrontar los cambios.

Espero que el nuevo año os de tiempo para hacer todo lo que aún tenéis pendiente. Es lo mejor que se me ocurre para desearos. (Y que riáis mucho, lloréis poco a menos que sea de alegría y, sobre todo, que no perdáis nunca la capacidad de asombro)


13.12.06

NO EMPUJE SEÑORA, BAJO EN LA PRÓXIMA

Zimmer vaga sin rumbo, perdido en las palabras de un libro que nunca vio la luz, en una historia que acabó antes de empezar. En un mundo que es una sucesión de imágenes, de fotogramas, de escenas proyectadas en el vacío para un público inexistente.

Paul Giamatti esboza una sonrisa entre escéptico y maravillado ante el nuevo truco, escudriña a su interlocutor y finalmente se rinde, se deja ganar, compungido y admirado al mismo tiempo, sabiendo que pasaría horas en la oscuridad del patio de butacas.

¿Y yo? Yo me derrumbo sobre la cama, cansada, cuando al otro lado del móvil se escucha el click que acaba con la conversación, que vuelve a alejarnos y nos catapulta de nuevo a miles de kilómetros de distancia. Apoyo la cara en el hueco que deja mi brazo, y entonces lo veo, en el otro extremo de la habitación: un libro boca abajo. Sacudo la cabeza, y eso me hace salir del abismo, me obliga a ponerme en marcha de nuevo. Me pongo en pie, cruzo descalza el cuarto y cojo el libro entre mis manos. Por supuesto, no le doy la vuelta simplemente, sino que paso las hojas al azar. Nunca lo he leído, me falta tanto tiempo... Abro una página y me encuentro con esto:

"Quién iba a decirle cuando era un niño en una casa con jardín de Cartagena de Indias que acabaría 30 años después en el depósito de cadáveres de Nairobi, se para uno a pensarlo y parece increíble, pero también lo es que yo esté ahora contigo y me atreva a hablarte como si te conociera desde siempre, como si no hubiera sido prácticamente imposible que nos encontráramos. No salgo de mi asombro, me niego a salir de él, no quiero acostumbrarme, quiero vivir exactamente así el resto de mi vida, sin hacer nada ni desear nada más que lo que ya tengo ni a nadie más que a ti, agradeciendo que existas y me hayas elegido y que estés a mi lado cada mañana cuando me despierto, inmediata y carnal, no inventada, más verdadera y mía que yo mismo, haciéndome preguntas continuas, desafiándome a decir lo que he callado siempre, lo que ni recordaba, moldeada por el sufrimiento y la felicidad, frágil y sabia, deteniendo el tiempo para que duren como lentos días cada una de las horas y no empiece a remordernos la angustia del adiós"

Vuelvo a dejarlo en el estante. De nuevo, una vez más, las palabras conjuraron a los fantasmas.

20.11.06

DE UNA MENTE ACOSTUMBRADA A SUFRIR

Rodeo las piernas con los brazos, apoyo la cara sobre mis rodillas y cierro los ojos.

Él tiene razón. Como siempre. No se tratar a las personas.

Se que podría excusarme con millones de argumentos. Podría hablar horas y horas de mis circunstancias y yo, de toda la gente con la que me encontré a lo largo de los años, todas las situaciones y momentos que me llevaron hasta este punto. Pero qué más da. Eso ahora no tiene ningún interés.

Me levanto de la cama. Ando descalza hacia la ventana y me quedo allí parada, apoyando la nariz en el cristal. Me gusta lo que veo: el río, el puente iluminado, las torres... Una mano recorre mi mejilla y eso me hace esbozar una sonrisa, aunque ni eso ni el espectáculo más allá del cristal de la ventana me hacen sentir bien del todo.

Hay gente que hemos nacido para ser diferentes.

13.11.06

¿QUÉ SERÁ LO PRÓXIMO?

Si tengo que tomar una decisión, por favor, dame cinco opciones.

Tacharé las opciones que llevan la palabra "nunca" y la palabra "siempre". Como todos sabemos, esas afirmaciones no pueden ser reales.

Dejaré como ciertas las frases que contienen un "puede", "suele" o que me dan un ejemplo raro, con sus cifras y sus porcentajes. Normalmente suelen estar cogidas de algún sitio literalmente, como quien recita algo de corrido, por lo que acostumbran a ser ciertas.

Mi mente se está convirtiendo en un enorme cajón de opciones falsas, correctas e impugnables. Pregúntame algo, lo que sea: dónde quiero ir, qué es lo que quiero comer hoy, cómo me siento... Hazlo, pero acompaña tu pregunta de cinco opciones:

1. Puede que me sienta feliz.
2. El 73.5% del tiempo me encuentro moderadamente feliz, con un riesgo relativo de tristeza del 1.3 (intervalos de confianza 0.8-2.7, con una p<0.05)
3. Me encuentro como aquel 3 de mayo del 2001 cuando lucía el sol, los pájaros cantaban y las nubes se levantaban, en el que una enorme sonrisa llenaba mi rostro.
4. Nunca me había sentido más feliz.
5. La prueba más fiable para descubrir el grado de felicidad es hacerme un ecodoppler y ver si la sangre todavía fluye.

Esto está creando un daño neuronal irreversible...

2.11.06

INTIMIDAD

Barcelona me recibe siempre con los brazos abiertos, me espera, aguarda a que llegue rendida y consigue recuperarme. En sus calles me he encontrado mil veces, intercambiando conversaciones con amigos casi olvidados en paseos eternos y descubriendo nuevos rincones que añadir a la lista de los lugares a los que tendré que volver en la próxima visita.

Me gustaría volver a esa habitación de hotel, donde las mañanas me arrancaban una sonrisa y los besos las ganas de no levantarme nunca. Salía al balcón y la plaza me daba los buenos días, mientras podía sentir el viento que venía del puerto y que se había llevado la niebla que, durante la noche, había cubierto los edificios casi por completo.

Me encantaría regresar a aquella taberna, a escuchar a Jorge y al Señor Auster hablar de antiguas anécdotas de tiempos que les parecen remotos, riéndose y contagiándome su alegría.

Regresar delante de la Bailarina de Gargallo, dar vueltas alrededor del cristal que me separa de ella, observando sus recovecos y vacíos, reconociendo al autor en cada linea, en cada espacio, para encontrar los ojos de Maite al otro lado del expositor, buscando lo mismo que yo, con la misma sonrisa que debía existir en mis labios.

Sería fantástico poder volver al piso de Alba y Puskar, escucharles hablar durante horas de sitios y lugares cotidianos para ellos, viendo fotos tomadas en el otro extremo del planeta, fotos de rostros que se hacen familiares con cada una de sus palabras.

Querría estar allí... Pero éste es mi sitio. A fin de cuentas, siempre es algo pasajero.

25.10.06

DOBLE V

Escoge una banda/grupo favorito, y responde solo con títulos de sus canciones. Escoge 5 personas para que sigan el test, sin olvidar avisarles que han sido elegidos.

Cuestionario hecho por: Mae
Nominado por: Pluma Roja.
Banda o grupo elegido: Violadores del Verso . (Ya que llevo usando sus frases desde hace un año para encabezar las entradas de este blog, me parecía lo mínimo. Además POR FIN sacan nuevo disco de estudio el próximo día 2 de noviembre después de 4 años, así que... Ando emocionada con el maxi como adelanto)

[Bueno, tengo que decir que no todos son títulos de canciones. Más que nada porque los títulos de hip-hop no suelen tener NADA que ver con la letra, así que en algún caso me he quedado con una estrofa. Vale, soy una tramposa, lo reconozco... Pero es que así queda más bonito.]

¿Eres hombre o mujer? Ni más ni menos.
Descríbete: Blancos y negros, yo vine a ser gris. (También tengo un cerebro cascado y un gatillo atascado, y así ni me aburro ni me enfado)
Qué sienten las personas acerca de ti: Tú y tus historias.
Cómo describirías tu anterior relación sentimental: Vicios y virtudes.
Describe tu actual relación con tu novio(a) o pretendiente: No le temo al fuego pero sí a las cenizas.
Dónde quisieras estar ahora: Zaragoza Ciudad.
Cómo eres respecto al amor: Ninguna mujer tiene dueño.
Cómo es tu vida: No esperaba menos.
Qué pedirías si tuvieras un solo deseo: ¡Pido días largos suficientemente buenos!
Escribe una cita o frase sabia: Nada es tan urgente, nada tan importante, nada merece más la pena que el instante que tenemos delante, y el siguiente y la oportunidad de hacerlos diferentes.
Ahora despídete: No quiero rallarte.
Nominando a: Ummm, bueno, me decanto por Ardaleth (mi glan maestla nunca falta), Inmita (a ver si así resucitas), mae (mi tocaya), Señor Chow (no he podido evitarlo... Otra vez) y Jerseygirl (buscando otra resurrección). No os canseis.
"Muchos para ganarse el respeto juegan a odiarse y a esconderse,
y eso es engañarse"
Lírico con Nach, Pateando Amberes

23.10.06

NADIE NACE LOCO

Le veo llegar mojado, jadeante, haciendo ruido para no romper la tradición. Cruza unas palabras con la chica de al lado, unas palabras que llegan hasta mis oídos perfectamente nítidas, sin preocuparse del silencio que, se supone, deberían respetar:

- ¿Está lloviendo?
- Sí, mucho.

Pesadamente se deja caer unas sillas por delante de mí, todavía respirando con dificultad. Se quita el chubasquero, extendiéndolo en la silla de al lado. Y después, ¿Qué es lo que hace? Se ha levantado de golpe y mueve el flexo de la mesa de detrás, lo retuerce, suena el chasquido del metal y parece decidir que esa no es la manera, deteniéndose unos instantes. Pero vuelve a la carga. De nuevo lo coge con ambas manos, coloca el soporte en una situación casi inverosímil y, finalmente, enciende la luz. Satisfecho mira su obra y otra vez se deja caer en la silla, acodándose sobre los apuntes para empezar a estudiar.

Atónita unos metros más allá me lo quedo mirando. No lo entiendo. El flexo no le ilumina, no consigue ver más ni mejor. La lámpara retorcida sobre su eje, iluminando a la nada me desconcierta. Pero de repente me doy cuenta: enfoca al chubasquero empapado, tendido en la silla contigua.

Hay que ser gilipollas.

15.10.06

VIVIR PARA CONTARLO

El viento se cuela por las rendijas, lo hace entre las persianas cerradas, arrastrando vasos, papeles y bolsas. También se desliza por las mangas de mi chaqueta, lo hace por debajo del pañuelo que llevo al cuello, lanzándome el pelo a la cara, impidiéndome ver. No me molesta, estoy acostumbrada a él. Ya ni siquiera hago esfuerzos por apartarlo, se que hay cosas contra las que es imposible luchar. Y el viento es una de ellas.

Me gusta que esté conmigo cuando ando por las calles en noches como ésta, sola, sin ninguna compañía más que el entretenimiento de oirlo silbar a mi alrededor, empujándome hacia mi destino o llevándome la contraria. Me encanta escucharlo, del mismo modo que me gusta el sonido de mis pies sobre la acera desierta, uno detrás de otro, golpeando el asfalto rítmicamente, resonando en el silencio de la ciudad dormida.

Escucho otros pasos, muy tenues al principio, pero cada vez más fuertes. Son algo más pesados que los míos, van más despacio, pero pronto nos encontraremos. Cruzo los brazos con más fuerza alrededor de mi pecho, acelero un poco más, dispuesta a alejarme rápidamente de allí, buscando continuar con la soledad que me había llevado hasta ese punto. Sin embargo calculo mal y lo único que consigo es precipitar el momento del encuentro, llegando a la esquina en el mismo momento en que lo hace el desconocido.

Un cruce de miradas, un movimiento leve, lo justo para no chocarnos y seguir adelante. El roce de su chaqueta y la mía, el viento cortándose a nuestro paso.

Unos ojos. Una mirada compartida una milésima de segundo.

Sin detenerme, vuelvo la cabeza, buscando al desconocido antes de que se sumerja en la noche, antes de que el viento vuelva a llevarse el sonido de sus pasos. Le encuentro, y él a mí. Nos miramos casi de reojo, y al enfrentarme a él de nuevo tuerzo la cabeza con rapidez, vergonzosa. Encojo el cuello, me abrazo para no tener frío y acelero un poco más, deseando llegar a casa.

El mundo podría cambiar en cualquier instante.

10.10.06

Asomo apenas la nariz, me estiro para que no se vea nada más.

No, parece que no...

Adelanto un pie, luego el otro. Mi mano se apoya en el borde, mis pupilas se dilatan para aprovechar la luz.

No, es cierto...

Me atrevo a salir del todo. Sonrío. Estoy sola.

Soy yo.

5.7.06

COMPETICIÓN

Se que he estado más tiempo del normal sin publicar. Todo tiene una explicación.

Como siempre, pensé en ofreceros algo que os hiciera sonreír un poco: alguna anécdota, una historia de esas que siempre me pasan... Ávidamente busqué a mi alrededor: cogía el autobús y miraba a los que me rodeaban. Iba al gimnasio y montada en la bicicleta estática no perdía detalle. Entraba a una tienda y rezaba para que me sucediese algo con lo que poder escribir un nuevo post...

Todo en vano.

Mis días son grises, anodinos, terriblemente aburridos. Convertirme de la noche a la mañana en opositora no ha hecho sino empeorar las cosas. Estoy cambiando. Ahora siento que todos me vigilan, que la gente acecha mis movimientos, que espía cada hoja que paso, cada tema que dejo atrás. Me siento en la biblioteca en la primera fila, de cara a la pared, aislada del mundo. Cuando llego no hay nadie, estoy sola. De repente, escucho un ruido a mis espaldas. Como si fuesen setas han aparecido detrás de mí hasta cuatro antiguos compañeros, todos ellos con mis mismos libros de preparación, cada uno en su mesa. Me miran.

No son paranoias mías. Cada uno me observa desde detrás de sus apuntes, y lo hacen con una mirada inquisidora, calibrando mis opciones y las suyas, mirando sucesivamente mi cabeza y el tema por el que voy estudiando.

Miran disimuladamente el reloj cuando me voy, contentos de que me marche antes que ellos, dándoles unas horas de ventaja. Tuercen el ceño contrariados cuando, al llegar, se dan cuenta de que ya estoy allí. Controlan todos mis movimientos, hacen ruido con los bolis para que no me pueda concentrar, avanzan más deprisa que yo para desmotivarme...

¿¿Cómo quereis que me suceda algo agradable en este estado??

Pero he llegado a casa y algo me ha hecho sonreír. Era la siguiente cita, que he corrido a pegar en un posit delante de mis ojos:


Para el que no entienda mi letra:

"Las oposiciones son el más sangriento espectáculo nacional después de los toros"
Gregorio Marañón.

Y no: el que lo haya pegado encima de El Guernica, no es una coincidencia.

26.6.06

NO ME ODIAIS A MÍ, ODIAIS A VUESTRA IMPOTENCIA

Me gustan las tiendas de chinos. Sí, ya se, son un antro de mafiosos ilegales, alimañas que se les hace la boca agua mientras observan mis riñones, dispuestos a saltar sobre mí y convertirme en trocitos de Mae desperdigando mis órganos por media China. Lo se, lo se, pero sigo pensando que cuando quieres encontrar algo, vete a un chino.

El caso es que hoy se me ha metido en la cabeza que necesito una agenda. ¿A estas alturas de año? Pues sí, a estas alturas, y por supuesto era un problema que debía solucionar YA mismo.

Valiente para unos, inconsciente para otros, he entrado en el Todo a Cien de debajo de mi casa. Decidida, he ido hasta el estante de las agendas, en uno de los cincuenta pasillos que debe de tener la tienda (y por primera vez, y sin que sirva de precedente, no exagero) Rebuscaba entre el montón cuando, de repente, he oído algo en el pasillo de al lado.

Señora: Oye tú, ¿tienes bolsas frigoríficas?
Silencio.
Señora: ¡Que si tienes bolsas frigoríficas! Como una nevera.
Chino: Ah, nevela.
Se había escuchado un ruido de pasos.
Señora: No, no, una nevera no.
Chino: Nevela.
Señora: No quiero una nevera. Es como eso pero chafado.
Chino: Nevela.
Señora perdiendo la paciencia: No entiendes nada.

La señora ha pasado por mi lado, enfadada, seguida por el chino, que había permaneciendo serio a mi lado. Poco tiempo había durado allí, pues al medio segundo ya tenía compañía: una abuelilla se le había acercado, arrastrando los pies:

Abuelilla: Perdona, ¿tienes metros de costurera?
Silencio.
Abuelilla: Un metro. Un metro de medir.
Chino: Ah, metlo.
Se había acercado a un estante y había extraído una vara larga de madera, que resultó ser un metro.
Abuelilla: No, no, lo mismo pero en blando.
Chino: Metlo.
Abuelilla. Blan-do. Y que se enrolla y se queda metido en una cajita.
Chino, asintiendo con la cabeza y moviendo el metro de madera: Metlo.

La abuelilla había hecho un gesto con la mano y se había marchado, dejando al chino plantado con la vara. Yo también había acabado, marchándome.

Y cuando me iba, oí un chasquido repetido a mis espaldas. Ahí estaba el chino, andando frenéticamente por el pasillo, arriba y abajo. Golpeaba los estantes con la vara.