10.11.05

NO SOY NI UN VENDIDO, NI UN FARSANTE

Me considero una persona bastante sincera, con una sinceridad que ha ido aumentando a lo largo de los años. Atrás quedaron los tiempos de aguantar sin decir nada. Ahora no me preocupa decir lo que pienso. Eso sí, lo hago con educación, y cuando estoy segura de lo que quiero decir. No me gusta hablar por hablar, y menos de temas de los que no entiendo.

Sigo pensando que lamentablemente nos preocupamos más de lo que piensan los demás de lo que deberíamos, y por otra parte, paradójicamente pero de ningún modo incompatible, muchísima gente se preocupa más por sí misma de lo que debería. Es extraño. Hacemos las cosas mirando cómo reaccionan los demás pero actuamos mirándonos el ombligo.

Hay una cita que me encanta:

"Somos gente extraña.Nos pasamos la vida haciendo cosas que detestamos con objeto de ganar dinero para comprarnos cosas que no necesitamos, e impresionar a personas que no nos caen bien."

Creo que deberíamos aprender a querernos un poco más, y de ese modo a vivir como queremos vivir, sin preocuparnos de lo que piensen los demás de nuestra elección. Indudablemente, nadie es inmune a la sociedad. A fin de cuentas, formamos parte de ella. Pero sí debemos luchar contra todo aquello que nos lleva a hacer las cosas de una manera que no deseamos.

Hoy hablando del Opus con una amiga (es un tema triste y feo, así que prefiero no adentrarme esta noche demasiado en él) le he dicho algo que viene bastante a cuento con todo esto. Más o menos lo que he venido a decir es que a mí me parece perfecto que cada uno piense lo que quiera, porque a fin de cuentas en eso radica la "libertad" (entre comillas, porque dudo que exista) del individuo, ese es el origen del pluralismo que hace a la vida enriquecedora y apasionante. Pero lo que detesto es el pensamiento sectario. Pensar de una manera determinada porque perteneces a un grupo que de alguna forma te obliga a actuar así, como un borrego, sin replantearte las cosas por ti mismo. Y este tema se puede extrapolar al Opus, al PP, y a muchos grupos políticos, sectarios, religiosos, y de demás tipos.

Será porque yo creo en el individuo más que en el grupo. Creo que el individuo debe tomar decisiones por sí mismo. Creo que el individuo debe pensar. Creo que cada individuo es dueño de su propia vida.

Para terminar, recuerdo un fragmento del polémico libro de Henry Miller Trópico de Cáncer (que por supuesto no es para tanto, pero estas cosas de las censuras nunca las entenderé) Dice así:

"En un tiempo pensaba que ser humano era el objetivo más alto que podía tener un hombre, pero ahora veo que estaba destinado a destruírme. Hoy me siento orgulloso al decir que soy INHUMANO, que no pertenezco a los hombres ni a los gobiernos, que nada tengo que ver con credos ni principios. Nada tengo que ver con la crujiente maquinaria de la Humanidad: ¡pertenezco a la Tierra!"

¿Acaso se puede añadir algo más?

3 comentarios:

Ardaleth dijo...

Se puede añadir: Amén :D

Realmente lo de hacer las cosas sin que te preocupe el qué dirán es algo que se aprende con los años... cuando empecé a hacerlo me di cuenta de que mi autoestima mejoró muchísimo y de que empecé a conocer a gente que realmente merecía la pena. Aunque algunos no aprenden nunca.

En fin... a ver ese café la semana que viene ;)

Isabel dijo...

Estoy de acuerdo contigo (como casi siempre)

En cuanto a lo del café, eso está hecho ;)

(eres afortunada de poder tomar un café con la autora de un blog así, jaja)

Anónimo dijo...

Gran texto, estoy encantado de haber leido algo tan sincero y tan real. Un saludo, sigue así.